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Foto del escritorH. Gregorio Delgado

H. Gregorio


Hola.

Me llamo Gregorio Delgado Soler y soy Hermano Marista. Nací en Sevilla y tengo 50 años. Tuve la suerte de que mis padres escogieron un colegio marista, en Sanlúcar la Mayor, para mi formación humana y cristiana. Casi desde niño sentí que Jesús me quería, así tal como era, con mis fortalezas y debilidades. Y como conocía a los hermanos del colegio, me fije en su vida como modelo de respuesta a este amor de Jesús. Así que después de los años que todos dedicamos a nuestra formación, decidí dar un paso al frente y dedicar mi vida a esta misión de llevar la Buena Noticia a los más pequeños.


No digo pequeños en el sentido de tener pocos años, sino pequeños porque son los menos visibles en esta sociedad en la que vivimos. Trabaje unos cuantos años en las obras maristas de Priego de Córdoba, Bonanza, Málaga y también un año en Vouzela (Portugal). También tuve la suerte de hacer mis prácticas de magisterio en Jaén, allá por el lejano 1993. Además de las clases, disfruté mucho de la pastoral de grupos y de comprometerme en la animación de la solidaridad.


Participé durante 15 años de la vida del grupo misionero marista “Proyecto Bolivia” y con ellos recibí el inmenso regalo de participar en el Campo-Misión en Bolivia durante los veranos desde el 98 hasta el 2012. Siempre tuve la inquietud de dedicar mi vida a los más pobres, pero no me decidía a dar el paso que sentía que Dios me pedía, pero no fue hasta ese 2012, tras la muerte de mi padre, que me “lié la manta a la cabeza” y me vine a Bolivia para trabajar junto a esta buena gente, no solo en vacaciones, sino todos los días.




Y Aquí estoy, en Comarapa desde hace 8 años. Trabajando en una escuela marista, en este pueblo dedicado a la agricultura, trabajando entre gente humilde, con pocos recursos y preocupado por la educación de niños y niñas que viven en comunidades campesinas cercanas al pueblo y que no tienen las mismas oportunidades para estudiar.


Como misionero trato de ser mensajero de la Buena Noticia de Jesús para los pobres. Una buena noticia que es más que anunciar el mensaje de Jesús de que Dios nos ama tal como somos, sino también la buena noticia que significa el ser testimonio de que en el mundo hay muchas personas que se preocupan por los demás. Por eso, nuestro trabajo consiste en anunciar la Buena Noticia y en trabajar por que las condiciones de vida de todos y especialmente de estos más pequeños sean cada día mejores.


Acoger a niños y niñas en la “Casa Montagne” para que puedan estudiar, cuando en su comunidad no hay escuela y sus familias no tienen recursos para pagar la educación en la ciudad. Mejorar las condiciones de la educación en el campo forman parte de este compromiso de anunciar la Buena Noticia con mi vida, con mi tiempo.


Todos los cristianos tenemos que ser misioneros. Algunos saliendo de nuestro ambiente más cercano para ir en busca de los preferidos de Jesús y otros siendo testigos de este mensaje en nuestro entorno, en nuestra familia, en nuestro colegio… Yo mientras Dios quiera aquí seguiré porque además de responder a su llamada soy feliz viviendo entre esta buena gente.




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